Fuimos Todas Tour 2025: Vivir Quintana ilumina el Teatro de la Ciudad con un canto de resistencia y amor

Texto y fotos Ana Verónica Rojo Mendoza

Ante cientos de personas reunidas en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris, la compositora y cantautora Vivir Quintana presentó el pasado 9 de octubre el cierre de su gira “Fuimos Todas Tour 2025”, un concierto que trascendió la música para convertirse en un acto de memoria, sororidad y esperanza colectiva.

La noche comenzó con la energía y sensibilidad de Nadia Barajas y Sofía Bayardo, quienes prepararon el ambiente con interpretaciones cargadas de emoción y fuerza femenina.

A lo largo del concierto, Vivir Quintana recorrió su historia musical: desde canciones como “Yo Te Espero, La Casita de la Welva, Pasarás, Corazón de Ave”, hasta piezas más recientes. Cada una evocó la ternura y los recuerdos de la infancia, con una voz que se alzó como un eco de justicia y resistencia.

Más tarde, Kevin Aguilar, una voz masculina y juvenil del presente —como lo describió la propia Quintana—, se unió al escenario para interpretar junto a ella “Un millón de primaveras”.

En un giro poderoso, Vivir presentó algunos de los corridos de su nuevo álbum “Cosas que sorprenden a la audiencia”, entre ellos “Mis cuarenta”, “Era él o era yo” y “Mi casita”, dedicados y que narran casos de mujeres privadas de su libertad física. A través de estas canciones, les otorgó voz, dignidad y presencia. Durante la presentación, también anunció que este disco está nominado a Mejor Álbum Cantautor 2025 en los Latin GRAMMY.

Entre acordes, lanzó una reflexión que estremeció al recinto: “¿Por qué las mujeres tenemos que vivir en un país donde tenemos que ser valientes?”, expresó la cantautora.

El escenario también se abrió al grupo teatral “Yo soy y existo”, quienes trabajan por la reinserción social. Junto a ellos, Vivir interpretó el corrido “Más libre que en casa”, recordando la importancia de construir segundas oportunidades desde el arte.

Entre los momentos más íntimos de la noche destacó la participación de Vanesa Martín, con quien interpretó “Te mereces un amor”, una pieza que resonó como un homenaje al amor digno, libre y sin miedo.
La emoción continuó con la aparición de Majo Aguilar, con quien Quintana interpretó “Enamorada”, su más reciente colaboración, uniendo generaciones y estilos bajo una misma voz femenina que celebró el amor en todas sus formas.

Por supuesto, no podía faltar “Canción sin miedo”, el tema que se ha convertido en un himno feminista y símbolo de las protestas por los derechos de las mujeres en América Latina.

Para cerrar la noche, Quintana agradeció profundamente al equipo detrás del escenario y reveló un detalle cargado de simbolismo: la escenografía fue elaborada por mujeres del penal de Santa Marta Acatitla. Bajo un gran corazón rojo con destellos y piñatas, el escenario se transformó en una obra colectiva que encarnó la fuerza creativa y resiliente de las mujeres que, desde adentro, también construyen libertad.

El concierto de Vivir Quintana fue mucho más que una presentación musical: fue un acto de resistencia, arte y comunidad.
Una noche que recordó que las canciones de protesta no son cosa del pasado: siguen vivas, se reinventan y acompañan la lucha diaria de miles de mujeres