Más allá del debut: Silvana González y la lucha por el fútbol femenino
Por Armando Noriega
Silvana González Díaz Barreiro, una jugadora originaria de San Luis Potosí, ha sido parte del Atlético de San Luis desde 2017. A partir de su debut en la categoría sub-17 femenino, ha crecido con el equipo hasta llegar a la primera división profesional, donde se ha consolidado como una pieza clave de su club.
En su carrera internacional, González destacó con la Selección Nacional de México sub-20, especialmente en el premundial de la CONCACAF 2023. Su participación fue clave para que México lograra coronarse campeón, un logro que marcó un antes y un después en su profesión.
Silvana recuerda que su conexión con el deporte comenzó muy pequeña, gracias a sus padres. Ellos la animaron a probar distintas actividades físicas, empezando por la natación, que practicaba en un club local. Pero había algo más que la llamaba. Durante uno de esos días de rutina, mientras exploraba otras opciones deportivas, vio a un grupo de niños jugando fútbol. Sin pensarlo, se acercó a su madre y con una seguridad sorprendente para su edad le dijo: “yo quiero eso”. Sin saber siquiera las reglas del juego, estaba decidida. A pesar de que los chicos eran mayores, eso no la desanimó; con determinación, preguntó y le ofrecieron la oportunidad de unirse al equipo. Desde ese instante, la chispa de su pasión por el fútbol se encendió con fuerza.
Con el tiempo, el fútbol dejó de ser solo un pasatiempo y se convirtió en parte esencial de su vida. Pasó de jugar en la escuela a integrarse en equipos fuera de ella, sabiendo siempre, incluso desde pequeña, que el fútbol era lo suyo. A medida que el fútbol femenino en México fue desarrollándose, Silvana vio cómo se abrían puertas que antes no existían, hasta que finalmente pudo cumplir su sueño de ser jugadora profesional.
Para Silvana, formar parte de la Selección Nacional de México fue mucho más que un logro deportivo; fue la materialización de un sueño que había cultivado desde niña. Recuerda cómo solía observar los partidos de fútbol junto a su papá, imaginándose algún día en ese lugar, vistiendo la camiseta tricolor. Cuando finalmente llegó ese momento y pudo representar a su país fuera de sus fronteras, se dio cuenta de que no existían palabras suficientes para describir lo que sentía. “No tiene precio”, dice, subrayando que la experiencia de ser seleccionada fue algo inigualable.
El impacto de jugar y de haber representado a México en una competencia internacional es algo que, sin duda, marcará su carrera. Silvana sabe que para cualquier futbolista, el sueño de participar en un mundial es uno de los más grandes. Alcanzarlo no solo cumplió una meta personal, sino que también dejó una huella profunda en su trayectoria, una que ella está segura definirá su futuro en el fútbol profesional.
Cuando Silvana habla de sus metas, lo hace con la misma claridad con la que vive cada paso en su carrera. En el corto plazo, su mirada está puesta en un objetivo claro: clasificar a liguilla con el Atlético de San Luis. Es algo que ha estado buscando desde tiempo atrás y confía en que, con esfuerzo, pronto se dará. Pero su visión no se queda ahí. A largo plazo, su propósito es aún más ambicioso: dar el salto al fútbol europeo. Jugar en Europa no es solo una aspiración, es la culminación de años de dedicación y trabajo duro. «Es mi sueño”, dice con firmeza, y no duda en mencionar que le encantaría unirse al Atlético de Madrid, equipo hermano de su actual club. Sin embargo, agrega que estaría feliz de portar cualquier color en el viejo continente que le dé la oportunidad de seguir creciendo como jugadora.
De pequeña, Silvana ha sido una seguidora fiel del Barcelona, un equipo que invariablemente ha tenido un lugar especial en su vida. Lo que empezó en una influencia de su padre, también fanático del Barça, se convirtió en una pasión compartida. «Siempre le iba a los equipos que mi papá le iba”, dice con una sonrisa, revelando que el vínculo con el club catalán es tanto emocional como deportivo.
González reflexiona sobre el cambio en el fútbol femenino en México, su tono es optimista y pleno de convicción. Reconoce que, en los últimos años, el crecimiento ha sido notable, y no solo en términos de infraestructura, sino en el desarrollo integral del deporte. «Se están haciendo bien las cosas», afirma, resaltando que esta categoría ha avanzado a pasos agigantados. Lo que alguna vez fue un espacio limitado, hoy es un terreno lleno de posibilidades. Aún más relevante, a jugadora de fútbol profesional ve un futuro sin límites. Para ella, el progreso no se detendrá aquí, y confía en que México seguirá en el camino correcto para consolidarse a nivel internacional.
En cuanto a la relación entre las competidoras y la afición, Silvana es clara: existe una dinámica especial que va más allá de los partidos. El club, dice, se esfuerza por construir una conexión genuina con los seguidores, organizando convivencias y actividades que acercan a las jugadoras con quienes las apoyan desde las gradas. Para ella, el vínculo con los fans es fundamental, y reconoce que el esfuerzo que ponen en la cancha es, en parte, para devolverle algo a esos aficionados que semana tras semana les entregan su apoyo incondicional. «Al final, ellos son los que disfrutan del espectáculo», comenta, enfatizando que tanto ella como sus compañeras dan lo mejor de sí, conscientes de que cada jugada y cada gol es una recompensa para los hinchas que las siguen con pasión.
Silvana reconoce que su carrera ha tenido varios momentos clave, pero si hay uno que jamás podrá olvidar, es su debut. «Es el arranque de todo», dice, recordando esa sensación indescriptible de pisar el campo por primera vez como jugadora profesional. Para ella, el salir a una cancha no es solo un logro, sino un punto de partida. Sabe que muchos jugadores debutan y luego desaparecen del radar, está convencida de que ese primer partido, ese sueño cumplido, es apenas el inicio de un camino que requiere mucho más para mantenerse. «Es el comienzo de lo que amas», reflexiona, consciente de que, tras el juego uno, vienen una serie de retos que únicamente se superan con dedicación y constancia.
Mantenerse en ese nivel, explica González Díaz, requiere algo fundamental: tener los pies en la tierra. Para ella, el éxito no se trata solo de talento, sino de saber exactamente dónde estás y hacia dónde quieres ir. Ese enfoque claro, sumado a la disciplina y la constancia, son las claves para avanzar en el fútbol y en la vida. «Entrenar, trabajar durísimo», menciona, subrayando que esas son las bases sobre las que se construye cualquier carrera exitosa. Silvana sabe que el esfuerzo constante y la ilusión de alcanzar nuevas metas son lo que la mantendrán avanzando, tanto dentro como fuera de la cancha.
Silvana se detiene un momento, y su mirada se llena de determinación cuando habla del fútbol femenino. “Sí, para mucha gente es un logro que las mujeres estemos jugando”, dice, reconociendo el camino que han recorrido hasta llegar a donde están. Agradece a quienes han estado en la batalla desde el principio, los que han creído en ellas y en la importancia de este deporte. Sin embargo, también señala que el avance no ha sido sencillo; se enfrentan diariamente a un choque cultural que desafía las percepciones tradicionales sobre el fútbol. “Es una lucha constante, pero me siento feliz de ser parte de esto”, afirma, reflejando la pasión que la impulsa. Silvana sabe que el esfuerzo y cada partido jugado son pasos hacia un cambio más amplio. “Al final, todo da sus frutos”, concluye, dejando claro que su compromiso es firme y su visión, optimista.
En cuanto a la afición, su mensaje es igualmente fuerte. “Nuestro objetivo es seguir apoyando a esos aficionados que nos dan tanto, todo”, dice con sinceridad. Silvana y sus compañeras saben que siempre que salen al campo, llevan consigo las esperanzas y los sueños de quienes las siguen. “Siempre trabajamos para ofrecer un mejor espectáculo”, enfatiza, y cada vez que se encuentran en la cancha, dejan todo para devolver a los fans, aunque sea un poco, de lo que ellos les brindan. En ese momento, la jugadora del Atlético de San Luis se convierte en la voz de un nuevo horizonte para el fútbol femenino, uno donde la pasión, el esfuerzo y la conexión con la afición son el alma de este hermoso juego. El futuro es brillante, y para ella, todo partido es una nueva oportunidad para demostrar que no hay límites en lo que pueden lograr.
Silvana González Díaz Barreiro no solo es una jugadora de fútbol; es un símbolo de la evolución y el potencial del deporte femenino en México. A través de su pasión, dedicación y visión, ha demostrado que las barreras se pueden romper y que el éxito está al alcance de quienes luchan por él.Todo partido, entrenamiento y victoria son pasos hacia un futuro en el que las mujeres no solo participan, sino que lideran en el ámbito deportivo.
Su compromiso con la selección nacional y el Atlético de San Luis es un recordatorio de que el cambio es posible, y que cada jugadora que se atreve a seguir sus sueños es parte de una historia más grande. A medida que el fútbol femenino sigue creciendo, es emocionante imaginar el impacto que Silvana y sus compañeras tendrán en las próximas generaciones de futbolistas. Con su inquebrantable espíritu y determinación, no hay duda de que seguirán dejando una huella imborrable en la memoria del deporte.
Con cada paso que da en la cancha, Silvana no solo construye su carrera; está abriendo puertas para muchas más que vendrán detrás de ella. Su historia es un faro de esperanza y un testimonio de que, en el fútbol, como en la vida, los sueños están hechos para cumplirse.
Fotografías cortesía del Atlético de San Luis