“Imagínate un mundo donde puedas conectar emocionalmente con personas de todo el globo desde la comodidad de tu hogar, usando solo tu empatía, habilidades comunicativas y, por su puesto una conexión a internet”.
Me niego rotundamente a ser la novia virtual de alguien.
Hace unas semanas me topé con un artículo sobre las 5 mejores apps, para ser novia virtual, leí el articulo inmediatamente y luego se lo compartí a una de mis amigas con un largo ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja, ja… y haciendo la pregunta de manera irónica. ¿Qué esto no es lo que hacemos gratis por aquellos a los que disque les gustamos? El articulo hablaba en especial de una app en la que la mayoría de los usuarios únicamente quería recibir mensajes cariñosos de otros quienes se rentaban como parejas virtuales, a las que no había que ver, no había sexo, no había contacto físico y únicamente, había un intercambio de mensajes “amorosos”, una conversación en la que se sentían comprendidos, leídos y amados.
Paren todo.
Casi he sido la novia virtual de algunos. Y lo peor no he generado ni un solo peso. Enterarme de tal cosa, me genero miles de pensamientos negativos sobre mí y sobre la manera en la que la gente me percibe a través de las redes sociales.
¿Cómo es que existen una serie de apps en las que el intercambio que se genera es como el de una relación pero, por mensaje de texto?
Una app, en la que la única regla es que nunca nos veremos.
No logro entenderlo. No es algo que yo buscaría, sería como hablar con una máquina. Me di cuenta que yo había tenido algunas de estas conversaciones con personas con las que nunca se concretaba nada, y sinceramente, me fastidian, me ponen de malas y me aburren.
Intercambié el artículo con algunas amigas, me di cuenta que afortunada o desafortunadamente no soy la única a la que le ha pasado esto. Muchas de quienes lo leyeron me contaron que muchos chicos se acercan a ellas con la intención de mantener contacto por mensaje en redes sociales, pero que nunca concretan verse, o hacen citas que nunca llegan a darse.
Y no es un tema de género, creo que se trata de una forma de ligue, o de percibir el amor o las relaciones, está forma,que varios, no nos ha alcanzado, no la entendemos y muchos ni nos imaginamos relacionándonos de esta manera.
Es una manera de relacionarse que yo no alcanzo a entender.
Es que la sola idea de yo concebirme perdiendo el tiempo en falso coqueteo virtual, que no se concreta ni con un café, me da miedo y coraje.
Me da coraje que, en nombre de la conquista, muchos utilicen los mensajes en redes sociales para sentirse acompañados, amados o queridos. Y me da miedo, porque ya no sé de qué manera alguien se puede acercar.
A muchas personas, les es suficiente para cubrir sus necesidades en cuanto a los sentimental y lo emocional, con solo echar un vistazo a las redes de los que les gustan, sin hablarles y por supuesto, sin concretar verse. Solo, mirar.
Vivimos una época de voyerismo en redes sociales. Nos la pasamos mirando la vida del resto, mirando la vida de los adinerados, de los influencers de los que tienen mucho de klo que queremos, todo lo miramos, todo pasa por los ojos y desde mirara se crea criterio, opinión y lazos.
Miramos nuestras propias publicaciones, miramos quien vio; las publicaciones en las redes, las mismas redes te entregan estadísticas, te hacen un contero sobre cuantas vistas tienela foto, video o historia que compartiste. Los conceptos sobre conocer personas han cambiado. Y parece que ahora, vivimos una vida alterna que hay que mezclar con la vida real.
Ahora, se percibe que se puede conocer a alguien si miras todas las fotos que ha colgado en su feet.
¿Cómo es que el acto de mirar las redes sociales de alguien nos hace sentir conectados? ¿Cómo mirar una pantalla o recibir un corazón virtual es suficiente? ¿Cómo logra alguien sentir a través de una pantalla? No puedo con eso. Me niego.
Y peor, no me sale. No puedo ni con las clases virtuales. Necesito, oler a la gente, saber cómo es su piel, su voz, que gestos hace cuando prueba comida, cómo bebe agua, qué hace cuando está nervioso, alegre o enojado. Yo si quiero saber cómo son sus hábitos, a qué huele, cómo abraza, qué le gusta o quien es realmente.
En serio, me pregunto de manera formal ¿Les es suficiente la atención virtual para cubrir las necesidades emocionales? A mí, no. ¿Les es suficiente una plática o imaginarse la voz de alguien o cómo sería estar con esa persona en lugar de estar con esa persona?Esto me hizo pensar en aquella ocasión en la que un amigo en común con uno de mis exes, me dijo que una de las razonespor las que mi ex, había decidido cortar la relación era porque creía firmemente que se estaba perdiendo de sus “otras opciones”.
En ese momento yo me pregunté ¿Cuáles opciones? Y mi amigo, me contesto sin pensar, pues, en esas con las que chatea casi todos los días, dice que desde que andaban, se sentía culpable por hablar con ellas diario y sentía que la relación le quitaba la oportunidad de sentirse encariñado con estas mujeres, con las que NO sale y con las que solo interactúa por mensaje. Pero, ¿Qué clase de relación es esa y por qué es una opción de relación? ¿Qué hay del otro lado de la pantalla que es más reconfortante que un abrazo bien dado?
Cuando escuche esto no supe si reír o llorar. O sea, que para muchos hablarse por mensaje, preguntarse cómo están o mandarse canciones es suficiente, o sea, nunca se verán pero, tienen la certeza de estarse relacionando con alguien.
Vamos a ver, mi ex, genuinamente tenía un conflicto consigo mismo y en su psique porque tenía revuelta la realidad con su vida virtual, en serio, él creía estar relacionado con las mujeres a las que les mandaba mensajes de buenos días o con las que compartía de vez en cuando recomendaciones musicales.Por favor, por piedad que alguien me lo explique, o sea, que intercambiar información por mensaje les puede hacer creer a muchos que tienen una relación. Es que eso solo es una conversación y una en la que no se puede entender bien la intención de las preguntas y menos saber para dónde es que va un dialogo de ese tipo. Según yo, este tipo de diálogos en redes, solo sirve justamente para acercarse a hablarle a alguien, pero no puede ser en sí misma la relación. Ya se ha visto muchos casos de catfish, estafas millonarias, personas que creen que hablan con artistas o que tienen relaciones “largas y duraderas” con personajes famosos. Pero es que parece que no hemos aprendido nada de ese tipo de NO realidades.
Decirle a alguien que no conoces te quiero, o cumplidos como si fuera tu pareja, no la hace tu pareja. Es que sigo sin entender cómo es que esto se volvió un modelo de negocio. Si es un negocio es porque hay quien lo consume. Me sorprende y no, el que haya personas cuya única intención sea sentir bonito de manera virtual.
El otro día, un músico de esos muy picudos que siempre me “mira” las redes y me da likes y corazones y muchos fuegos, por fin, se animó a hablarme, me escribió por mensaje en IG y parecía que teníamos una plática bastante fluida einteresante, me pidió el teléfono y luego de platicar por varias horas, me invitó a salir.
Me pareció una genialidad. Wow. Un chico de la generación X no estaba buscando, ni coqueto virtual, ni “sentir” bonito una noche de viernes a través de una pantalla, quería conocer a alguien que le daba mucha curiosidad y mejor aún, que nos viéramos en persona.
Habíamos acordado vernos un martes por la tarde, yo en un afán por no llegar en blanco a la cita, y porque el chico realmente me parecía interesante, le escribí el sábado, para continuar con nuestra fluida plática, pero no tuve una respuesta fluida, me contestó el mensaje 7 horas después, y luego, simplemente no volvió a comunicarse. Ante esa acción, yo planeé mi semana descartando la supuesta cita del martes. Y efectivamente, nunca nos vimos.
El día de cita, escribió un whats, cinco minutos antes de que se cumpliera la hora para vernos, el mensaje decía que estaba súper ocupado y que por eso no había contestado los mensajes, (entendible) que esa semana también estaría a full con el trabajo, y que creía que no le daría tiempo vernos.
El mensaje dejó ver que en su rutina de arduo trabajo, no tenía ni 10 segundos para enviar una nota de voz decente atiempo, es decir, no 5 minutos antes de la hora acordada para vernos. No supe qué pensar de esta experiencia, porque a pesar de decir que no tiempo de contestar los mensajes, o de comunicarse, se la pasa dándole like a mis publicaciones y viendo mis historias, o sea, lo de él, es verme pero en la virtualidad. Y nunca más volvió a comunicarse.
Es que me sigue sin causar sentido este tipo de comportamiento. Y es que incluso hablar de ello, es difícil, ni para tratar de hablar del tema con la persona involucrada, porque seguro que paso por intensa. No me da la cabeza para entender porque alguien prefiere ver tus redes que verte en persona.
Hay que conocerse muy poco y además pensar de sí mismo como la mierda más grande del mundo para no querer pasar tiempo con uno mismo y con los demás en vivo, y preferir un montón de conversaciones vacías en las que las promesas y las palabras dulces son solo ambrosia para llenar el vacío existencial.
La sola idea de tener una relación por mensaje, me aterra, debo decir que a mí ni siquiera se me pasa por la cabeza, ni se me ocurriría tener que contestar mensajes amorosos, cariñosos con alguien a quien no conozco.Mirar, vigilar, estar atento de la virtualidad del otro, no es conocerlo, no es saber de esa persona. La imagen que proyectamos en la vida de redes sociales, difícilmente, empata con la vida real, en la que nos enfermamos, lloramos,
sufrimos, nos lastima el zapato, nos cortan el agua, tenemos deudas, nos despertamos de cierto ánimo o simplemente ya ni nos parecemos a los de la foto que está en el perfil.
Yo si quiero seguir reuniéndome con mis amigas, conociendo gente en vivo, tomarme un café con alguien y platicar de los intereses que tengamos o no en común, descubrir universos alternos al mío, preguntarme nuevas cosas, tocar, abrazar y besar a quien interactuar conmigo.
Genuinamente, pienso que somos eso que hacemos cuando nadie nos ve, y la única forma de conocer a alguien es acercándose, creando vínculos, descubriendo sus rasgos de personalidad, sus conductas, sus manías, su voz, sus olores, su manera de pensar y sus formas de ver y habitar el mundo.
Como un acto de reflexión, los invito a hablarle a esa persona que vigilan en redes, a ser valientes e invitarle un café y descubrir si les da curiosidad esa persona o solo es el buen manejo de su vida virtual lo que les llama la atención, también, a preguntarse si realmente les gusta la personalidad de aquel al que vigilan o se armaron unapelícula en la que esa persona se porta como la persona perfecta que encaja con ustedes o solo están aburridos un
viernes por la noche.