UNA ENTREVISTA CON EL ESCRITOR LUIS MIGUEL ESTRADA
Por Armando Noriega
En un mano a mano con el escritor Luis Miguel Estrada, nos sumergimos en el turbulento universo de su obra más reciente, «El último argumento del Rey». Con la pluma ágil de un malabarista literario, el autor esculpe la epopeya del boxeo a través de los puños y la pasión de Orlando Cano, mientras que la periodista Carol Ortega nos arrastra con su narrativa vibrante y visceral en el laberinto de su entrevista con el boxeador.
El vínculo de Estrada con el arte de los puños se remonta a tiempos inmemoriales, una relación forjada tanto en la pasión sobre el cuadrilátero, donde el autor se desliza entre las cuerdas no como un competidor, sino siendo un amante recreativo del deporte de los guantes.
“Estar en gimnasios practicando me ha dado la oportunidad de relacionarme con distintos boxeadores, algunos activos, otro no. También, con entrenadores y figuras dentro del boxeo. No imaginas lo que me apasiona. Por ello la novela, de la cual tenía un sin fin de anécdotas, espacios y personajes para echar mano a la narración”. Comenta Estrada.
Estrada Orozco ha dejado claro en más de una charla su odisea académica, una tesis doctoral que lleva por título «Literatura y boxeo en México», en la cual se sumergió en las entrañas del ring y los recovecos de diversas plumas para desentrañar los vínculos profundos entre dos mundos aparentemente opuestos.
“Me clavé a leer cuentos, crónicas, novelas, reportajes, teatro. Todo lo más que pude referente a este deporte”. Explica el autor.
Orlando, ese púgil personaje ficticio, se abre paso en el mundo del boxeo, navegando en medio de promotores oportunistas, entrenadores mediocres, peleas arregladas y rivales a los que se les cuida las espaldas. La línea entre la realidad y la ficción se desdibuja en la novela, donde se cruzan los nombres de leyendas del ring nacional, dejándome en un estado de confusión tal que me pregunto si Cano, apodado «el Rey», es más que una invención literaria.
“Qué padre que te haya dado curiosidad de buscarlo, me causa alegría el saber que no eres el primero en comentarlo”. Menciona entre risas el creador de Orlando.
Continua: «El periodismo se convirtió en una herramienta crucial para mí cuando comencé a explorar este tema con una perspectiva académica y, simultáneamente, desde una óptica creativa. El entrevistar a personajes variados y leer lo que era real, le dio verosimilitud a la obra. Justo lo que hace la prensa con la crónica, el reportaje, la entrevista. Me encontré con escritos asombrosos.
Se trata de formas disruptivas de abordar la ficción como la no ficción, especialmente en la creación de personajes y diálogos. Sin embargo, el periodismo mantiene sus lazos con la realidad, con ciertos elementos que precisamente buscaba reflejar en mi personaje. Es esa autenticidad del periodismo deportivo, que tanto admiro, lo que quería capturar”.
La novela transmite de manera cruda la realidad del boxeo mexicano, pero si leemos entre líneas, también ofrece una visión profunda de la experiencia de los deportistas en general. Por eso, el personaje de Cano en la narración encarna el espíritu valiente de enfrentarse a las adversidades, la corrupción, las tentaciones y los altibajos de la vida, transmitiendo un mensaje positivo de perseverancia y superación.
“Es un modesto homenaje a los deportistas, en especial a aquellos que he conocido en los gimnasios y cuyas vidas he seguido de cerca, tanto en persona como a través de la prensa. También está la contraparte: el otro personaje principal, la periodista, quien guía la novela bajo sus entrevistas. Ella representa la voz detrás de lo que leemos, en un juego metaliterario que construye la trama”. Aclara Luis Miguel.
La película mexicana ‘Campeón sin corona’, dirigida por Alejandro Galindo en 1946, que retrata la vida del boxeador Rodolfo Casanova en los años treinta, sirve como punto de partida para la obra literaria ‘El último argumento del Rey’.
“Son las narrativas a las que nos hemos acostumbrado en la literatura mexicana, e incluso me atrevería a decir, latinoamericana que heredan el melodrama urbano. En la película de Galindo, se aborda la vida de un boxeador que surge desde lo más profundo del barrio, alcanza la fama y el éxito, pero también enfrenta su propio complejo de inferioridad. Finalmente, es consumido por una borrachera titánica”. Explica Estrada Orozco.
El autor del libro menciona al escritor Juan Villoro: “En su obra “campeón ligero”, Villoro escribe que para el boxeador mexicano la ruina es el trámite final. Con ello pensé que quizá existía otra forma de presentar al boxeador, de narrar la historia con mayor profundidad. Siendo más honesta, humana, profunda”.
Orlando Cano, el esquivo púgil que evade las luces de las cámaras y las redes sociales, consciente de la imperiosa necesidad de su presencia en el escenario mediático de la era moderna. Luis Miguel revela que la figura del protagonista es una amalgama de fragmentos tomados de diversos boxeadores, cuyos caminos ha seguido a través de reportajes y peleas. Sin embargo, destaca que la verdadera fuente de inspiración, la que marca la diferencia, es el legendario boxeador sonorense, Siri Salido.
A lo largo de los años, el boxeo ha mantenido su esencia, siendo las actitudes, actividades, obstáculos y carismas de los boxeadores lo que varía de una época a otra. Los escenarios permanecen inmutables, mientras que los tiempos evolucionan constantemente.
“La diferencia sí es notoria. Sí hay un contraste entre los boxeadores contemporáneos y los oscuros ejemplos del pasado. Ya no presenciamos peleadores activos, o recién retirados, sumidos en el fango de vicios. En la actualidad podemos encontrar a ex deportistas narrando peleas en televisión, ofreciendo comentarios y análisis, organizando eventos o siendo empresarios. Esto no implica que se hayan erradicado la intoxicación del triunfo, pero ciertamente hay más referencias que se mantienen con otras perspectivas”. Concluye Luis Miguel Estrada, autor de El último argumento del Rey.