Por Carlos López
La elección judicial sucedió, los cómputos distritales están por culminar y desde Palacio Nacional así como el partido oficialista, lo celebran como un triunfo. La oposición califica la pasada jornada electoral del 1 de junio como un fracaso. Sin embargo, más allá de las opiniones divididas y los análisis de los diversos líderes de opinión, surge una nueva problemática que trae el resultado de la elección judicial: votar cada vez es más complicado.
Datos del Instituto Nacional Electoral (INE), hasta el momento que se escribe esta columna, dicen que la participación ciudadana fue de las más bajas en la democracia mexicana. Éste confirmó que la participación ciudadana fue del 13%, equivalente a 13 millones de votantes padrón electoral. La realidad es clara. La gente no votó.
Hay muchos argumentos desde distintas tribunas sobre la baja participación. Las imágenes son claras, las casillas estaban parcialmente vacías. Aunque es importante destacar que los mayores votantes durante el fin de semana, dato resaltado por distintos medios de comunicación, fueron los adultos mayores.
Una de las denuncias viene desde los medios de comunicación que reportan una supuesta operación de Estado con los acordeones donde “casualmente” los candidatos que quedaron en un cargo electoral aparecen en varios de éstos, lo que deja esta pregunta; ¿Qué tuvieron que hacer los candidatos para aparecer en el acordeón?.
Es un hecho que la gente no votó porque el proceso fue muy complejo, desgastante y cansino en su naturaleza. Esto por los siguientes motivos: 1. convertir a los juristas en políticos (siempre he creído que los tomadores de decisiones de la justicia no deben ser blanco electoral, por la complejidad de sus funciones); 2. Ya hecha la reforma, la asignación del presupuesto al INE fue corta, no se permitió la promoción de los aspirantes en Televisión y Radio y las campañas de los propios candidatos terminaron por convertirse en un meme; 3. Las boletas, la elección fue excluyente. No votaron personas en el extranjero, tampoco aquellas en reclusión y quienes enfrentan alguna discapacidad visual no participaron o anularon las boletas.
El reto electoral es 2027
En 2027 los mexicanos seremos convocados de nueva cuenta para elegir la Cámara de diputados, integrada por 500 miembros; los congresos locales con mil 88 cargos; se renovarán 16 gubernaturas estatales; se renovarán 669 cargos municipales; las 16 alcaldías en CDMX. De igual forma, se votará la revocación del mandato presidencial. La presidenta Claudia Sheinbaum dijo el 1 de octubre de 2024 que se someterá a esta consulta. Además está prevista la segunda parte de la elección de jueces y magistrados con 881 cargos en disputa para un completar un total de 3 mil 170 cargos.
Para este reto, la autocrítica y la reflexión debería ser más rigurosa. La necesidad de cuestionar el ejercicio democrático y la participación ciudadana debe ser más exigente. Sin duda, urge facilitar el voto. De verdad URGE. El sistema de votación es demasiado primitivo y el último proceso implicó severos retrocesos. El momento es oportuno para considerar nuevos y más eficaces mecanismos de participación.
Una de las alternativas sería considerar el diseño y la instrumentación del voto electrónico y herramientas más eficientes en la transparencia y reducir los vicios y malas prácticas que se repite elección tras elección.
Otro tema a considerar es la seguridad. Preocupa, por ejemplo, que el crimen organizado juegue un papel protagónico, ya sea, por su capacidad de financiamiento o como generador de violencia. Discutir sobre si uno está a favor o en contra de la elección, no está mal pero es un hecho que tendremos que ver cómo se reconfiguran los próximos comicios.