Por Lupita Valencia
Christian «Conejo» Cantú, con tan solo 17 años, está marcando su camino en el automovilismo internacional. De un sueño de niño a conquistar podios en circuitos como el Autódromo Hermanos Rodríguez y competir en la Fórmula 4 en España, su historia inspira a una nueva generación de pilotos mexicanos.
En esta entrevista, Cantú comparte sus orígenes, retos y aprendizajes, revelando cómo la pasión, el esfuerzo y el sacrificio han sido fundamentales en su ascenso en el mundo del deporte motor.
¿De dónde surge esta pasión por el automovilismo y en qué momento te diste cuenta de que querías ser piloto de carreras?
Pues desde muy chico, desde que tenía dos años le decía a mi papá “yo coche” y mi papá me daba mi cochecito de HotWheels, pero le volvía a decir: “No, yo coche”, de que me quería subir yo al coche real. Entonces, desde chiquitito traigo esa pasión por el automovilismo y no la he dejado, ni tampoco la dejaré.
¿Recuerdas cuál fue el primer contacto que tuviste ya con un coche de carreras?
Yo me acuerdo que la primera vez manejando ya un poco más profesional fue a los 5 años, cuando tomé mi primer curso en GoKart Mania. Ahí fue cuando ya empecé de manera más formal. Pero también hay una anécdota que me cuentan de cuando era niño: en un coche medio deportivo que tenía mi familia, iba en el asiento del conductor con mi papá. Él pisaba el acelerador, pero yo agarré y controlé solo el volante. Estaba muy chiquito, tenía unos 2 o 3 años. Obviamente, a una velocidad muy baja, pero yo “manejé” el coche. Y a los 9 años empecé ya con mi carrera de manera profesional.
Para ti, ¿qué es lo más difícil de ser piloto de carreras?
Hay muchas más cosas difíciles que fáciles, porque para conseguir resultados hay mucho trabajo, disciplina, levantarte a las 5 a. m. todos los días, entrenar, desarrollar habilidades físicas y mentales, y encontrar un balance entre todo esto. Es algo muy difícil, es algo de todos los días, porque cualquier falla puede hacer la diferencia a la hora de la carrera.
Hablando un poco más de la parte personal, como pilotos no llevan la vida “normal” de cualquier joven de tu edad. ¿Cómo balanceas la parte de piloto y la parte personal?
La verdad es que ya todo gira más en torno a la vida de “piloto”. La vida social y la vida personal las he dejado un poco de lado, aparte de que yo no soy mucho de salir a fiestas o a reuniones. Cuando salgo con mis amigos, nos gusta ir al karting. Sí me gusta pasar tiempo con ellos, pero en planes mucho más tranquilos, salir a cenar o a comer. En general, nunca he sido mucho de salir. Además, al estar viajando continuamente es complicado. La prioridad ahorita es la parte del piloto, saber las responsabilidades que tiene este deporte contigo y con tu equipo, así que a veces toca dejar la parte personal un poco de lado.
Para un piloto la preparación física es muy importante, pero ¿qué tan importante es la preparación mental?
Yo siempre he dicho que la parte mental es la más importante porque estás hablando de que tu mente controla todo lo demás. Entonces, si no estás bien con esa parte, es más difícil sobreponerte incluso a las cosas físicas. En el automovilismo y en cualquier cosa que hagas en la vida siempre hay muchas barreras y muchos peros. Tener la mente fuerte te ayuda a sobreponerte y seguir avanzando. Y entre más avanzas dentro del deporte, más se complica. Entonces, la parte mental sí es muy importante para cualquier deportista.
A veces como público lo olvidamos, pero el automovilismo es un deporte de equipo y detrás de lo que vemos en las transmisiones o en pista hay todo un equipo de mecánicos, ingenieros y mucha gente que está detrás. ¿Qué tan importante es tener una buena relación y una buena comunicación con tu equipo?
Es muy importante. Como bien lo dices, esto es un deporte de equipo, y entre más subes de categoría, más gente es la que hay detrás del piloto. Hay muchísima gente trabajando para que cada carrera podamos salir a pista, y también como piloto tienes el compromiso de cumplirles por todo el trabajo que hacen. Todos son una parte fundamental, y llevarte bien con ellos es también fundamental, desde el ingeniero, los mecánicos, hasta con las personas que hacen la comida. Todos juegan un papel importante, y es muy importante que todos sientan que más que un trabajo es como una familia. Entonces, es muy importante tratar de que haya una buena relación y una buena convivencia porque también eso ayuda mucho a que las cosas salgan bien en pista.
A los 8 años estabas como espectador en el autódromo viendo la Fórmula 1, y el año pasado y este tuviste la oportunidad de correr en la pista del Hermanos Rodríguez. Y no solo eso, sino que subiste al podio como ganador de las dos carreras del 2023. Cuéntanos un poco de cómo fue tu experiencia de pasar de ser espectador a estar corriendo en esta pista.
El año pasado que gané esas dos carreras fue muy especial. Fue un sentimiento muy bonito. Después de todo lo que habíamos sufrido durante el año, tener esa recompensa fue muy bonito. Fue una carrera que sufrimos. El viernes tuvimos unos problemas para salir a la práctica, entonces tuvimos que salir directo a la clasificación. Califiqué primero por más de 8 décimas; era un buen margen, sabíamos que teníamos todo para ganar la carrera. Llega la carrera y noté que algo estaba raro con el coche. Pido que lo revisen, pero al revisarlo tienes que salir desde pitlane. Y efectivamente, el coche tenía la manguera del turbo suelta. Tuve que arrancar desde el pitlane, y me acuerdo que dije: “Voy a ganar esta carrera”. Y gané la carrera desde la parte de atrás. Después, el día domingo, la mitad de la parrilla se invierte. Entonces, salíamos desde P6 y desde ahí también gané la carrera del domingo. El sentimiento de ganar enfrente de todo el Foro Sol es algo inigualable. Ganar enfrente de tantos mexicanos es algo muy especial.
Ahora que estás corriendo en España, ¿cuál ha sido la parte más desafiante de estar corriendo ya en categorías europeas?
La parte más difícil es el nivel. El nivel de las categorías menores que hay en México no se compara en nada con el que hay en Europa. Cuando llegué a España calificaba a 6 décimas y media, y quedaba en lugar 27 de la parrilla. En México, con esa diferencia estás segundo o tercero. Sí fue un cambio muy importante, y yo no había corrido casi nada en karting en Europa. Entonces, para mí fue como empezar desde cero. Fue un año muy desafiante. También vivir solo fue un desafío: aprender a lavar, cocinar, y todas las tareas que en México no siempre hacía. Fue un cambio muy drástico, pero al final me ayudó a forjarme como persona y como piloto.
¿Cuál es tu presente dentro del automovilismo, y qué es lo que sigue para Christian Cantú?
Estoy concluyendo la temporada de Fórmula 4 en España, con la última carrera en Barcelona. Afortunadamente, corrí toda la temporada de F4 España. También quiero agradecer a todos mis patrocinadores y mi familia, que me están apoyando y que hacen que esto sea posible. Vamos a seguir avanzando a las siguientes categorías; todavía no tenemos una decidida, pero vamos a seguir avanzando. Ahorita, junto con mi equipo, estamos convocando a cinco mil mexicanos que quieran apoyarme a cumplir este sueño, o a las marcas que están ahí afuera. Estoy seguro de que haríamos un gran equipo. Si les interesa apoyarme, pueden contactarnos en mis redes sociales.
Contesta lo primero que se te venga a la mente:
- Circuito favorito: Portimao
- Escudería favorita: RedBull
- Si pudieras escoger a cualquier piloto de cualquier época como compañero de equipo, ¿a quién escogerías? Max Verstappen
- En una palabra, ¿cómo te describirías como piloto? “Conejo”
- Pasatiempo favorito fuera de la pista: Buscar sponsors
- Consejo que te hayan dado y que nunca vayas a olvidar: Sigue luchando
Para finalizar, ahora tú y muchos de los pilotos que tenemos en México son un referente para los niños que quieren dedicarse al automovilismo. ¿Qué consejo les darías?
Les daría el mismo consejo: que si de verdad lo quieren, sigan luchando y que no se cierren a una sola categoría. Afortunadamente, hay Fórmula 1, hay IndyCar, Nascar, GT, y muchas más categorías. Que no se desanimen, y también que sepan los sacrificios que hay que hacer, pero sobre todo que si realmente es su sueño, que sigan luchando, que sigan preparándose porque las cosas van a llegar.